La 9a exige presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa

PLAN DE ACCIÓN Y TAREAS DEL PLENO DE REPRESENTANTES DE ESCUELA DE LA SECCIÓN 9 DEL DÍA 29 DE OCTUBRE DEL 2014

31 de octubre del 2014.

a) Informar ampliamente, en las Juntas de Consejo Técnico sobre el crimen de lesa humanidad contra los normalistas de Ayotzinapa, Guerrero

b) Información y volanteo a padres de familia y en avenidas principales a toda la comunidad.

4 de noviembre del 2014, 19:30 hrs. Foro «Ayotzinapa: la defensa del normalismo y la educación pública» Auditorio 15 de mayo «Profr. Agustín Ascensión Vázquez»

5 de noviembre 16 hrs. participar en la MARCHA de los Pinos al Zócalo en la exigencia de presentación con vida de los 43 normalistas y el castigo a los culpables.

8 de noviembre del 2014, Caravana del D. F. a la Normal de Ayotzinapa, salida 7:00 hrs. de la Sección 9 (Belisario Domínguez 32, Col. Centro)

15 de noviembre del 2014, 10:00 hrs. Juicio Político a Peña Nieto, Emilio Chuayffet Chemor y Juan Díaz de la Torre, Zócalo de la Ciudad de México.

TAREAS

  • Continuar con el acopio de víveres y apoyo económico para Ayotzinapa.
  • Colocar mantas y periódicos murales en las escuelas de la problemática de Ayotzinapa.
  • Imprimir un cartel y volante como Sección 9 exigiendo la presentación con vida de los 43 normalistas, el castigo a los culpables del crimen, juicio político a los responsables y no a la criminalización de la protesta social.
  • Colocar una Ofrenda de día de muertos en la Sección 9, dedicada a los normalistas asesinados el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero.
  • Reportar el 4 de noviembre los nombres de los asistentes a la Caravana a Ayotzinapa.
  • Difundir los Foros “Ayotzinapa: en defensa del normalismo y la educación pública” convocados por la FECSM, normalistas de Ayotzinapa, Sección 9 y organizaciones estudiantiles: 3 de noviembre 14:00 hrs. ENTS-UNAM y CCH Azcapotzalco. 4 de noviembre 11:00 hrs. UACM del Valle; 13:00 hrs. UACM San Lorenzo Tezonco, 6 de noviembre 16:00 hrs. UACM Cuauhtepec, 19:00 hrs. Col. Sto. Domingo. 7 de noviembre 11 hrs. CINVESTAV Sur.

¡UNIDOS Y ORGANIZADOS, VENCEREMOS!

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¡Urgente, urgente, que renuncie el presidente!

PADRES DE LOS NORMALISTAS DAN DOS DÍAS DE PLAZO AL GOBIERNO PARA QUE APAREZCAN

Alonso Urrutia y Arturo Sánchez Jiménez / La Jornada Jueves 23 de octubre de 2014, p. 7

  • Si no hay respuesta, que se atengan a las consecuencias, advierten
  • Miles de estudiantes marchan al Zócalo; exigen la salida de Peña Nieto y Aguirre Rivero
  • No somos todos, nos faltan 43, decía una pancarta como epígrafe de la movilización que reunió a decenas de miles de estudiantes que exigieron la presentación con vida de los 43 normalistas de Atotzinapa.portada 22

Del Zócalo a Paseo de la Reforma, la masa estudiantil entró en ebullición, con irreverencia e indignación. Confluencia de pasiones de decenas de miles que salieron a las calles –en una de las movilizaciones más nutridas de los años recientes– para hacer tabla rasa de los políticos y sin distingo de cargos, federales o estatales, sentenciaron de manera sumaria:¡Asesinos! O acaso ya tienen identificado al culpable, como señaló una pancarta de la Facultad de Filosofía y Letras: Ayotzinapa, fue el Estado.

Fue una ebullición con tintes de rebelión. El destino de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa catalizó el drama de los desaparecidos que arrastra el país desde hace años y que ahora es repudiado a coro por los jóvenes que reclaman: “PRI, PAN, PRD=narcogobierno”, un gobierno al que sin regateos le imputan la responsabilidad principal en la tragedia de Ayotzinapa.

Nos arrancaron tanto que hasta el miedo se llevaron, decía una de las miles de pancartas enarboladas en el Día de Acción Global por Ayotzinapa, cuya convocatoria unificó ayer a la comunidad estudiantil que salió a las calles en una marcha multitudinaria. A saber las cifras, pero cuando los padres de los jóvenes desaparecidos comenzaban a hablar frente a las puertas de Palacio Nacional, el último contingente sorteaba la glorieta de Colón y pasadas las 21:30 horas ingresaba a la Plaza de la Constitución.zocalo 3

Muerte, sangre, corrupción

Incontables escuelas hicieron acto de presencia en la movilización e insólitamente entre ellas hubo grupos del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Cada conjunto se esforzó por plasmar su identidad escolar, pero hubo denominadores comunes que los unificaron en la protesta: muerte, sangre, corrupción, desaparecidos.

Y algo más: gran parte de los contingentes llevaron a niveles más altos la responsabilidad de los hechos de Ayotzinapa y corearon: ¡Fuera Peña!

En la vanguardia de la movilización, padres y madres de los normalistas desaparecidos. Con la tristeza a cuestas llevaban consigo los retratos de sus hijos, de quienes nada saben desde hace 27 días. Caminaron en silencio la mayor parte del trayecto, pero a ratos algunos desahogaron su impotencia y exigieron, por enésima vez, la renuncia del gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y que se castigue a los culpables de los homicidios y desapariciones de normalistas, para rematar con una advertencia: si las autoridades estatales y federales no pueden hacer justicia, que se vayan todos.

Alexander, ¡vivo!; Martín, ¡vivo!; Carlos, ¡vivo! Uno a uno se pasó lista a los estudiantes desaparecidos mientras la manifestación recorría Paseo de la Reforma y avenida Juárez rumbo al Zócalo.

El paso de los familiares de los normalistas y de sus compañeros de estudios fue atestiguado por miles de personas que formaron vallas a los costados de los contingentes a lo largo de Reforma.

solo tienen sus fotografiasCon enormes retratos de los jóvenes desaparecidos, la vanguardia del contingente entró al Zócalo. Se colocó en la parte central del templete, desde el cual los oradores recordaron una y otra vez: Nos faltan 43 compañeros, a quienes dejaron 43 sillas vacías para patentizar su ausencia. Tres sillas más tenían una veladora, para recordar a los normalistas que fallecieron aquella noche.

El gobierno no nos ha respondido como debería. Le demandamos que nos dé respuesta lo más pronto que pueda. Les vamos a dar dos días más; si no, tomaremos otro tipo de medidas. Que se atengan a las consecuencias, dijo desde el templete uno de los hombres cuyos hijos no aparecen.

Otro de los padres señaló que en Ayotzinapa la gente se está organizando para buscar a los que se llevaron a sus hijos. Y reiteró: Les damos dos días o vamos a tomar otras acciones.

ZOCALO 22a octubreCasi cuatro horas de movilización

Convocada para las 18 horas, la marcha se retrasó ante la interminable confluencia de contingentes que llegaron a las inmediaciones del Ángel de la Independencia, que padeció el embate de la indignación de los jóvenes, mientras la policía capitalina estuvo ausente o, al menos, desplegados de forma discreta.

La intensidad de las consignas dio cuenta de la relatividad del tiempo en esta tragedia. Entre la parsimonia gubernamental para esclarecer los hechos y el apremio, con tintes de emergencia nacional, que para la comunidad estudiantil tiene conocer el destino de los 43 desaparecidos.

La lucha tuvo varias formas de expresión. En las inmediaciones del Ángel de la Independencia varios jóvenes desafiaron la solemnidad del monumento y embozaron a las petrificadas mujeres que simbolizan la justicia, la paz y la ley. Parecía demasiada ironía para los tiempos que vive el país y optaron por ocultarles el rostro.

Antes de salir, el contingente del Instituto Nacional de Bellas Artes dio muestras de su particular forma de protesta: la danza y la música contra el horror de Ayotzinapa. Vestidos de negro, varios jóvenes improvisaron una danza ¿por la vida o por la muerte? La interpretación fue celebrada por la masa que remató con gritos en demanda de la aparición de los normalistas.

Otro grupo de estudiantes optó por el desnudo. Los cuerpos de las mujeres de la Escuela Nacional de Antropología e Historia cubiertas con pintura que simulaba la sangre de un país violento, y la consigna: No más muertes.

Porque la agresión contra los jóvenes debe atraer la atención social, porque nuestros cuerpos desnudos muestran la indefensión en la que estamos los estudiantes, explicó una alumna.

La diversidad de la protesta fue del silencio casi con tono de procesión hasta el legendario estribillo contra el ¿viejo régimen?: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Algunos grupos con rítmica música taladraron las calles con esa añeja consigna.

Entre la gran cantidad de grupos estudiantiles se intercalaron organizaciones sociales que añadieron al reclamo popular sus propias demandas: el Sindicato Mexicano de Electricistas, los campesinos de San Salvador Atenco y representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, entre otros.

La enorme columna de manifestantes (50 mil personas, según el Gobierno del Distrito Federal) hizo imposible la confluencia de todos en el mitin central. Padres, madres y normalistas de Ayotzinapa demandaron desde el templete la salida de Enrique Peña Nieto y de Ángel Aguirre Rivero, cuando gran parte de la multitud apenas ingresaba a la avenida 5 de Mayo.

Mientras algunos oradores desahogaban a las puertas de Palacio Nacional sus sentimientos de rabia, dolor, tristeza e indignación, o todos juntos, el Zócalo se llenaba paulatinamente de centenares de veladoras que rodearon el asta bandera. En amplios espacios de la Plaza de la Constitución la consigna política dio paso al silencio, mientras las luces de las veladoras ardían en memoria de los desaparecidos.

La marcha concluyó pasadas las 22:30 horas. Asistieron casi todas las escuelas de la región, aunque una pancarta fue el epígrafe de la movilización: No somos todos, nos faltan 43.Llama de la esperanza

Todos somo Ayotzinapa

La marcha estudiantil más grande en décadas retumba en el DF: Todos Somos Ayotzinapa

Escrito por el 23 octubre 2014 a las 10:08 am en Sociedad

Ayotzinapa 2210 1Antorchas, veladoras, trompetas, pero, sobre todo, un silencio impactante de decenas de miles de jóvenes en varios contingentes provenientes de todos los puntos cardinales de la Ciudad de México fluyeron como un río humano durante cuatro horas desde el Angel de la Independencia, sobre la avenida Reforma, hasta el Zócalo con un clamor: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Aquí Todos somos Ayotzinapa, pero también todos somos normalistas, padres de familia, primos, hermanos, de los más humildes, de los más criminalizados durante décadas por un Estado que desprecia a sus maestros egresados de las normales rurales.

Todos demandan la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, secuestrados desde el 26 de septiembre, en una orgía de narcopoder protagonizada por policías municipales que, hasta hoy, nos confirmó la Procuraduría General de la República que recibieron la orden del alcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca.

No piden la renuncia de Angel Aguirre, mandatario estatal. Para casi todos, el ex priista está hundido en las mismas 19 fosas que se han encontrado recientemente. Piden la renuncia del primer mandatario Enrique Peña Nieto y acusan a los tres grandes partidos (PRI, PAN y PRD) de estar coludidos con el “narcopoder”.

Los jóvenes anarquistas, encapuchados, encapsulados, hacen pintas en el trayecto, pero todo amago de violencia y provocación es rechazado de inmediato. Es una marcha pacífica, sin vigilancia policiaca ostentosa ni intimidante.

“No violencia, no violencia”, gritan cientos de jóvenes, muy jóvenes, de la Universidad de Chapingo, sobre la calle de Tacuba, a dos cuadras del Zócalo, cuando hubo uno de los intentos de utilizar las antorchas para incendiar una bandera del Hotel Holiday Inn.

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No pasó a mayores. La gente se vigila a sí misma. Es la intersección de una indignación largamente larvada por una guerra contra el narco que se transformó en una guerra contra los más pobres. Un etnocidio simulado. Crímenes de lesa humanidad. Desapariciones forzosas. “El país se nos volvió una narcofosa”.

Decenas de familias, oficinistas, turistas y cientos de reporteros vieron pasar una marcha que se prolongó desde las 18 horas hasta más allá de las 22 horas.

Las veladoras proliferaron en la plancha del Zócalo, donde se instaló un templete con la presencia de los padres de familia de los 43 jóvenes desaparecidos, de sus compañeros de la Escuela Normal Rural y con integrantes de otros colectivos como el Frente Popular de Defensa de Atenco.

Estamos ante la marcha más grande de los últimos años –quizá desde las jornadas del movimiento universitario del 68- sin signo partidista, sin consignas electorales y con una gran indignación que se ve en los rostros, en las mantas, en los carteles, en las pintas, en las consignas que escalan la rabia hasta Enrique Peña Nieto.

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“Podrán arrancar la vida, jamás los ideales”, proclama una manta de jóvenes de la UNAM. “En México es más peligros ser estudiante que ser narcotraficante”, reza una pancarta. “La rebeldía es arena cargada de futuro”, de la Facultad de Filosofía y Letras.

“México huele a muerte, en el dolor de una madre de su hijo desaparecido”, reza una pancarta. La porta una madre de clase media, sentada en silla de ruedas, con una bandera mexicana que ondea a media asta, en una esquina de la Catedral Metropolitana.

La imagen es un símbolo y una síntesis. Aquí las clases sociales se mezclan. Los niños bien de la Ibero marchan con los del Politécnico Nacional. Los chavos ITAM con los de la UNAM, las antiguas vocacionales con varias escuelas normales que toman por asalto el corazón de la marcha.

“Que se Atengan a las Consecuencias”

Sobre el templete instalado delante del Palacio Nacional, Rafael uno de los padres le advirtió al gobierno de Peña Nieto:

“Nomas de dos días les vamos a dar. Sino que se atengan a las consecuencias”.

Otro normalista arenga: “Hoy no va a dormir Peña Nieto”. Y los gritos en su contra, con peticiones de que renuncie se escucha con fuerza en un Zócalo con contingentes que llegan de manera intermitente.

Los integrantes del Frente de Defensa de la Tierra de Atenco se hicieron presentes. Ignacio del Valle, líder histórico de Atenco, toma la palabra. Blande su machete. Y recordó que desde hace 14 años ellos han vivido la intensa represión del gobierno peñista.

En esta concentración no hay líderes políticos. Sólo hay líderes cívicos. Y los principales son los 43 ausentes. El pase de lista de cada uno de estos jóvenes se acompañó con el grito: “Justicia, justicia”.

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